El verano no solo trae consigo días más largos y cielos despejados. También representa un desafío importante para las fachadas de nuestras viviendas y edificios. Aunque a menudo se asocia el desgaste de una fachada con el invierno o las lluvias intensas, lo cierto es que el sol y el calor del verano también pueden provocar daños silenciosos pero persistentes.
A continuación, te contamos cómo afecta esta época del año a los materiales exteriores de tu hogar y qué soluciones puedes encontrar en Hermanos Borbolla para protegerlos eficazmente.
El sol desgasta el color y la protección de la pintura
Los rayos UV del sol inciden directamente sobre las superficies exteriores, especialmente las más expuestas como fachadas orientadas al sur o suroeste. Esto provoca:
- Pérdida de color y brillo en la pintura.
- Degradación de los componentes protectores de los revestimientos.
- Aspecto envejecido o descuidado, incluso en construcciones relativamente nuevas.
El calor favorece la aparición de grietas
Durante el verano, las temperaturas pueden variar notablemente entre el día y la noche. Este ciclo de dilatación y contracción genera tensiones en los materiales de fachada, lo que a medio plazo puede dar lugar a grietas, fisuras y desprendimientos de capas externas.
Estas pequeñas grietas, si no se tratan a tiempo, pueden evolucionar hasta comprometer la impermeabilización del edificio, dejando vía libre al agua de lluvia y al deterioro estructural.
Menor resistencia a la humedad… incluso en verano
Puede parecer contradictorio, pero el calor también puede afectar la capacidad de la fachada para repeler la humedad, especialmente si se usan pinturas de baja calidad. Una pintura degradada por el sol pierde sus propiedades impermeables, permitiendo que el agua penetre con mayor facilidad. Esto es especialmente importante en fachadas de mortero, monocapa o piedra natural, materiales muy habituales en construcciones de la zona.
¿Cómo evitar todos estos problemas?
La mejor forma de prevenir estos daños es apostar desde el principio por materiales y pinturas de alta calidad, pensadas para resistir las condiciones más exigentes del exterior.
Desde Hermanos Borbolla, te aconsejamos para prevenir el deterioro de tu fachada:
- Utiliza pinturas de alta resistencia a los rayos UV, ya que ayudan a conservar el color y la integridad de la superficie por más tiempo.
- Aplica revestimientos elásticos, que se adaptan a los movimientos térmicos del edificio y reducen el riesgo de que aparezcan grietas.
- Emplea soluciones impermeabilizantes transpirables, que evitan la entrada de agua pero permiten que la humedad interna se evapore, protegiendo así la estructura.
- Considera siempre el clima local, la orientación de la fachada y el tipo de soporte al momento de seleccionar materiales, y busca asesoría técnica si es necesario para tomar decisiones informadas.
Mantener en buen estado la fachada de tu hogar no solo mejora su aspecto estético: también protege la estructura y aumenta el valor de tu vivienda. Invertir en una pintura de calidad es invertir en tranquilidad a largo plazo.
Si quieres recibir un asesoramiento técnico personalizado para elegir el producto más adecuado según la orientación, el tipo de soporte y el clima local, ponte en contacto con nuestro equipo y estaremos encantados de ayudarte.